273
Inmigrantes mexicanos en Estados Unidos...
En síntesis, la población base o la población
inmigrante reciente resulta del cruce de las variables
“año de entrada” y “año de la entrevista”, comparadas
según el periodo o fase histórica mencionados (véase
cuadro 1). Adviértase que en cada periodo no se logra
una comparabilidad exacta en “años vividos” de los
inmigrantes mexicanos, ya que en el primer periodo
(1995-2001) la suma de los años vividos de todos
los inmigrantes es de 19.1 millones con una pobla-
ción base de N=6.6 millones personas; para el segun-
do (2002-2008), es de 21.9 millones años vividos
con una N= 8.2 millones personas, y para el tercero
(2009-2015) es de 11.2 millones de años vividos con
una N=3.8 millones personas.
Para conocer si existen diferencias en las ca-
racterísticas de la población migrante reciente por
periodo de llegada, utilizaremos la prueba estadística
Bartlett, que se basa en la hipótesis nula de igualdad de
varianzas muestrales (Correa, Iral y Rojas, 2006), es
decir, cuando el valor
P
de esta prueba es menor que el
nivel de significancia (0.05 y 0.01), la hipótesis debe
ser rechazada y tenemos varianzas diferentes. Cuan-
do el valor
P
es mayor a la significancia, la decisión es
no rechazar la hipótesis y concluir que las varianzas
poblacionales muestrales no son significativamente
diferentes, es decir, tienen medias iguales.
La gestión de la inmigración
y sus modificaciones al flujo
La política de Estados Unidos hacia México durante
el siglo xix fue de agresiva expansión territorial, pasan-
do a ser en el siglo xx una política de control de las
materias primas, el comercio y las oportunidades de
inversión, acentuándose durante la Segunda Gue-
rra Mundial (Ortega, 1979). Dentro de este segundo
modelo, se masificó la importación de mano de obra
(Braceros) como un patrón migratorio, conformada por
hombres jóvenes solteros, en su mayoría de proceden-
cia rural, sin compañía familiar, con bajo nivel educativo,
poco tiempo de permanencia en eua y concentrándose
en los estados de California y Texas (García, 1993).
El modelo cambiaría cuando, de manera unilateral,
el gobierno norteamericano decidió dar por terminados
los convenios de 1965 y optó por controlar el flujo
migratorio con tres tipos de medidas complementarias
que caracterizaron el perfil y la política migrante de los
años setenta hasta finales de los ochenta: la legaliza-
ción de un sector de la población trabajadora mediante
la Ley de Reforma y Control de la Inmigración de 1986
(irca
,
por sus siglas en inglés); la institucionalización
de la frontera para dificultar el paso y limitar el libre
tránsito; y la deportación sistemática de los trabaja-
dores migrantes que no tuvieran sus documentos en
regla (Durand y Massey, 2003). Esta última década se
distingue por un aumento en la migración no documen-
tada, una mayor participación femenina, diversificación
de los lugares de origen y destino, intensificación del
número de migrantes urbanos y el incremento del nú-
mero de mexicanos en aquel país (Verduzco, 1995).
Posterior a ello, se identifican las acciones de la
política migratoria estadounidense en tres etapas que
abarcan hasta el periodo reciente: la primera comprende
los años de 1995-2001, “Fase I”, donde se observa el
mayor aumento de la población mexicana en ese país,
con un flujo promedio anual de 335 mil (véanse gráficas
1 y 2), como producto de los cambios económicos tanto
en México (crisis económica) como en eua (crecimiento
económico). En este periodo se crea, en 1996, la Ley
para la Reforma de la Inmigración Ilegal y de la Respon-
sabilidad Migratoria (iirira, por sus siglas en inglés), con
el objetivo de desalentar la migración no documentada
al excluirla de servicios básicos como los de salud y
vivienda, al autorizar la construcción de más kilóme-
tros en el muro fronterizo y el uso de tecnología para
su localización y detención, y al promover la expulsión
expedita de las personas que entraron a territorio es-
tadounidense sin documentos (Vega e Illescas, 2009).
Si bien muchos segmentos de esta ley no se ha-
rían efectivos sino hasta años después, han repercutido
en un debilitamiento de losmecanismos de circularidad,
4
un crecimiento del número de personas sin documentos,
así como en cambios en las rutas migratorias, derivando
en una mayor dificultad y riesgos para emigrar.
4
Datos del Mexican Migration Project (mmp, por sus siglas en inglés)
estiman que del total de personas que migraron por primera vez en los
ochenta, un 70 por ciento se encuentra en sus comunidades de origen.
Esta tendencia se revertiría pues se estima que del total de personas
que migraron en los noventa por primera vez, solo un 31 por ciento ha
regresado a sus comunidades de origen (Princeton University, 2015).