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La situación demográfica de México 2015

Conviene resaltar que las brechas entre las enti-

dades son relativamente grandes (véase cuadro 4). En

cuanto a la cirrosis, el riesgo de perder un apmp en Pue-

bla es 3.5 veces mayor que en Sinaloa. Con una brecha

menor, pero no por eso menos importante, el riesgo de

perder un apmp por una enfermedad cardiovascular es

dos veces mayor en Chihuahua en relación con Tlaxca-

la. Una situación similar se observa en el riesgo de per-

der un apmp por enfermedad renal crónica entre Puebla

y Sinaloa. También es preciso resaltar que no se iden-

tifican patrones geográficos en la distribución de apmp

por erc, diabetes mellitus y neoplasias. Éste no fue el

caso de las ecv, que se concentran en el norte del país,

o la cirrosis, que lo hace en las entidades del sur.

El interés por presentar el cambio porcentual en

una serie de 24 años es que estamedida permite anticipar

posibles avances en la disminución de muertes prema-

turas. Más allá del cambio de la estructura de edades o

del crecimiento de población en cada una de las entida-

des, se observan dos patrones constantes. En el caso de

las erc se revela un franco aumento de los apmp en to-

das las entidades federativas, desde Baja California que

casi duplica su tasa, hasta Veracruz que la incrementa

en el mismo periodo 2.3 veces. En contraste, se observa

que el riesgo de perder un apmp por epoc disminuye en

todas las entidades. Mientras que en Quintana Roo la re-

ducción es mínima (2.3%) en 24 años, en Durango bajó

38 por ciento. En las otras enfermedades seleccionadas

predomina la tendencia descendente: la cirrosis se redu-

jo en una quinta parte (-20%) a nivel nacional; las ecv,

once por ciento; la diabetes mellitus, ocho por ciento;

y las neoplasias, cuatro por ciento. La variabilidad entre

los estados es distinta en cada uno de los padecimien-

tos, sin embargo, se identifica un considerable rezago en

Guerrero, Zacatecas y Quintana Roo, y, en menor grado

en Chiapas, Veracruz y Michoacán (véase cuadro 5).

Discusión

En el marco de la 70ª Asamblea General de la onu se

llevará a cabo la “Cumbre de las Naciones Unidas para

la adopción de la Agenda de Desarrollo Post-2015”.

Este evento es crucial para los países miembros, pues

no solo pretende dar continuidad a los resultados ob-

tenidos con la Agenda de Desarrollo del Milenio, sino,

además, encarar con firmeza todos los asuntos relacio-

nados con el deterioro del planeta. De entrada, no debe

sorprender que la Agenda Post-2015 vaya más allá de

un cambio de palabras, “de los odm a los ods”. Se trata

de una transformación sobre la manera de concebir el

desarrollo humano en un planeta frágil y devastado. En

este sentido, más que iniciar una nueva etapa de segui-

miento y medición del progreso en los países de mane-

ra voluntarista, se nos convoca a reconocer que vivimos

en una sociedad global que ha estado hipotecando la

salud de las futuras generaciones para lograr ganancias

de desarrollo económico en el presente.

En este contexto, se tiene que cobrar conciencia

de que el interés pragmático por el desarrollo económico

del presente ha conducido a que algunos de los límites

del planeta hayan sido rebasados (Rockström

et al.

,

2009). La Agenda Post 2015 invita a reflexionar sobre

el costo del progreso y del desarrollo económico en ma-

teria ambiental, que en gran medida han sido respon-

sables del desgaste experimentado por la biodiversidad

y los ecosistemas en los últimos treinta años. Algunos

autores identifican una aparente paradoja entre la me-

jora de la esperanza de vida y la degradación de los eco-

sistemas (Raudseep-Hearne

et al.

, 2010) y exploran

hipótesis para explicarla. De hecho, es difícil pensar que

los logros alcanzados en los odm puedan sostenerse si

se mantiene el deterioro progresivo de los ecosistemas.

Por otra parte, la Agenda Post 2015 no se pue-

de reducir a un listado de objetivos y metas. Si bien

es conveniente enunciarlos para conocerlos, como se

hizo en la introducción, también es importante ponerlos

en la perspectiva de los diferentes profesionales involu-

crados: los de la salud, de la salud pública, los demógra-

fos y los científicos sociales, así como de los políticos y

los responsables de las decisiones en el seguimiento

de los ods. Por ejemplo, desde la perspectiva de la salud

pública, Horton

et al.

(2014) proponen que debemos

transitar a una visión de salud planetaria, entendida

ésta como “… una actitud ante la vida y una filosofía de

vida. Mediante ella, se hace hincapié en las personas y

no en las enfermedades; en la equidad y no en la crea-

ción de sociedades injustas” (Horton

et al.

, 2014: 847).

La Agenda de Desarrollo Post 2015 en mate-

ria de salud busca minimizar las grandes brechas