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Cambio demográfico en la Zona Metropolitana del Valle de México, 2000-2010
también creció la población casada, en tanto que en
las áreas centro y 1 se elevó la población con educa-
ción post-básica pero no así la proporción de personas
de 12 años y más casadas. Este hecho indicaría la lo-
calización de familias más grandes y tradicionales en
las periferias, mientras que las familias pequeñas, los
hogares unipersonales, sin o pocos hijos, han preferido
el centro, lo que a su vez coincide con la distribución es-
pacial de las dependencias demográficas en la urbe. La
composición de las familias incide en la redistribución
del gasto en los hogares, por ejemplo, los que tienen
menos hijos lo orientan en el consumo de otras ameni-
dades, lo que en conjunto con la cobertura de servicios
públicos establece niveles de vida diferenciados entre
quienes viven en los contornos centrales y quienes
viven en la periferia, en el contexto de que existen
diversos tipos de espacios centrales y de periferias.
Una evaluación adicional sobre el aumento en
las periferias de la población más capacitada es su ubi-
cación con respecto a los lugares de trabajo, lo cual
permitiría profundizar en aspectos que inciden en la
calidad de vida de las personas, como lo son: la pobre-
za de tiempo, el estrés, el volumen y dirección de los
traslados que se relacionan con el tráfico vehicular o
la saturación de los sistemas de transporte colectivo;
sin embargo, ello presupone el desarrollo de fuentes de
información con este nivel de agregación.
Los estudios del mercado laboral local también
son importantes, ya que desde la perspectiva de las
políticas públicas comúnmente se asume que a mayor
capacitación de la población, mayores oportunidades
o accesibilidad a empleos mejor pagados, sin embargo,
pese al incremento del porcentaje de población mayor
a 18 años con educación post-básica, que es un indi-
cador indirecto de la capacitación, los ingresos que ob-
tuvo la población no fueron suficientes para retenerla
en espacios cercanos a sus centros laborales, es decir,
que la mejora en los ingresos es todavía una asignatura
pendiente, como lo es igualmente la promoción y regu-
lación por parte de la autoridades de vivienda de inte-
rés social en áreas centrales. Una variante que se debe
analizar a mayor profundidad son los efectos que sobre
las plazas laborales y los ingresos tiene la concentra-
ción espacial de población “altamente” capacitada.
Debe mencionarse que la localización de los dis-
tintos grupos poblacionales en las ciudades, más que
una acción deliberada o una elección entre distintas
opciones, es resultado de la oferta de vivienda que
pueden pagar con sus ingresos o esquemas de financia-
miento a los que tienen acceso, dicha oferta es creada
por agentes privados con la anuencia de las autoridades.
Acceso a servicios de salud
Para analizar la falta de este tipo de servicios, se utili-
zó la variable censal ‘población sin derechohabiencia a
servicios de salud’, que capta el total de personas que
dicen no tener derecho a recibir servicios médicos en
ninguna institución pública o privada (inegi, 2010).
En el decenio analizado, el indicador creció has-
ta en 3.7 puntos porcentuales y se redujo hasta en
uno, estos decrementos se registraron en 85.2 por
ciento de las ageb de la zmvm, dando como resultado
en 2010 que las proporciones de población por ageb
sin derechohabiencia oscilaran de 0.2 hasta 83.1, si-
tuándose los porcentajes más altos en las periferias.
Aun cuando el valor máximo fue muy elevado, es 14
puntos porcentuales menor con respecto al repor-
tado en 2010, cuando en una ageb 97.1 por ciento
de sus habitantes no disponía de seguridad social
(véanse gráfica 11 y mapa 7).
El acceso a servicios de salud se encuentra
estrechamente relacionado con la participación de la
población en el mercado formal del trabajo, no obs-
tante, en la actualidad cada vez es más común la oferta
de empleos sin prestaciones sociales o con benefi-
cios incompletos sin que necesariamente se traten de
empleos informales, tal es el caso de quienes son
contratados por honorarios o subcontratados; a este
grupo de personas sin derechohabiencia se suman los
empleados por su cuenta, y los que efectivamente
laboran en la economía informal.
En la década estudiada, la falta de servicios de
salud se incrementó en mayor medida (más de un
punto porcentual) en 19 ageb, y en hasta un punto en
576; del total de estos subconjuntos, 459 se situa-
ban en los contornos 2 y 3, destacando con la mayor
cantidad de áreas municipios como Cuautitlán Izcalli