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Medio ambiente, recursos y movilidad territorial en el México urbano
Cuadro 5.
Flujos migratorios entre localidades por tamaño del Sistema Urbano Nacional (sun)
y resto rural, 2005-2010
Destino
Origen
zmvm
(Megaciudad)
zm
millonarias
Ciudades
grandes
(500 mil a 1
millón hab.)
Ciudades
medianas
(100 mil
a 499 mil
hab.)
Ciudades
pequeñas
(15 mil a 99
mil hab.)
Municipios
rurales
(no tienen
localidades
del sun)
Emigrantes
zmvm (Megaciudad)
0
148 459
2
132 475
87 592
67 151
90 787
526 464
zm millonarias
(> 1 millón de habs.)
85 024
103 424 109 114
141 630
127 300
82 704
649 196
Ciudades grandes
(500 mil a 1 millón hab.)
1
78 724
119 857 116 615
142 482
102 640
83 281
643 599
Ciudades medianas
(100 mil a 499 mil hab.)
1
70 171
122 835 138 986
160 476
96 217
92 390
681 075
Ciudades pequeñas
(15 mil a 99 mil hab.)
58 501
122 159
152 993
143 912 111 675
94 431
683 671
Municipios rurales
(no tienen localidades del sun)
84 971
113 657 131 796
138 479
108 834 122 153
699 890
Inmigrantes
377 391
730 391 781 979
814 571
613 817 565 746
3 883 895
Notas: 1/ Se incluyen zonas metropolitanas en estos rangos de ciudades.
2/ Se marca en negritas el flujo más importante.
Fuente: Elaboración propia con base en el inegi, Muestra del Censo de Población y Vivienda 2010.
Cuando se trata de regiones funcionales, que es
el caso de descentralización en la segunda o tercera
fase de la urbanización diferencial (Geyer y Kontuly,
1993), desde nuestro punto de vista y tomando en
cuenta que estos centros urbanos han crecido más física
que demográficamente, en este flujo de migrantes, sin
duda, subyace la enorme expansión hacia el
hinterland
inmediato. ¿Qué significa este patrón? Nos parece,
y habría que comprobarlo en los casos específicos, que
estos migrantes buscan una “mejor calidad de vida”
y difícilmente una oportunidad de empleo, lo que se
traduce en
commuting
y mayor distancia al trabajo,
el cual se localiza principalmente en los centros de las
ciudades. Entonces, podemos esperar que en los nue-
vos espacios hay carencias de infraestructura y los nue-
vos pobladores exijan los mismos niveles de servicio
público que en el centro o que en sus localidades más
grandes de origen, presionando sobre la capacidad de
los municipios a donde llegan, y al mismo tiempo ejer-
ciendo una presión inflacionaria en los mercados loca-
les, y elevando el consumo de recursos (agua, energía
y todo tipo de bienes y servicios). Esto es lo mismo que
contaminación atmosférica, no solo en sus viajes al tra-
bajo, sino en su patrón de consumo residencial. Siguen
produciendo valor en el origen, pues ahí conservan su
lugar de trabajo, y ejercen presión (derramas positivas
–gasto en bienes y servicios– y negativas –contamina-
ción, agua–) en el destino, donde establecen su resi-
dencia e imponen un patrón de consumo.
El balance urbano/rural también agrega el es-
trés (véase cuadro 6): 82 por ciento del total de mi-
grantes salió de municipios urbanos (3 184 005) y
de éstos solo 14 por ciento tuvo como destino al-
gún municipio rural. Por su parte, del 18 restante, que
emigró de los municipios rurales (699 890), 83 por
ciento terminó en un destino urbano.
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El cuadro 7 presenta el grado de presión sobre
el recurso hídrico. A pesar de que el grado de presión
para el país se cataloga como “débil”, siete de las trece
rha registraron en 2013 un grado de presión “fuerte”,
“muy fuerte” y “deficitaria”, como en el caso de la re-
gión xiii Aguas del Valle de México. En ésta el volumen
de agua concesionada supera al de agua renovable,
situación que se mantiene en virtud de la importación
del recurso de otras regiones.
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Estos datos corresponden a los movimientos de municipios urbanos
(ciudades) y municipios rurales (localidades).