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Medio ambiente, recursos y movilidad territorial en el México urbano
•
Los cambios demográficos en áreas urbanas y
rurales por migración con consecuencias seve-
ras de tipo social, económico y ambiental en los
lugares de origen, no menos que en los de desti-
no (Graizbord
et al.
, 2013);
•
Los servicios públicos inadecuados (transporte,
agua, saneamiento, suelos, equipamiento social
educativo, salud) y en la vivienda implican ries-
gos para la salud y pérdida de calidad de vida;
•
El impacto en la población más vulnerable en
cuanto a deficiencias en alimento, acceso al
agua, energía y otros bienes y servicios básicos
(Graizbord, 2013); y
•
La amenaza a los servicios ambientales, es decir,
a la sosteniblidad ambiental urbana y rural. Las
ciudades ofrecen oportunidades para fortale-
cer la capacidad adaptativa de su población, su
resiliencia, pues ésta adquiere múltiples dimen-
siones. A los llamados tres pilares (económico,
social y ambiental) habrá que agregar el institu-
cional en nuestras sociedades.
La planificación, es decir, las iniciativas sociales
que racionalizan lo que está sucediendo (introducen
consistencia y coherencia a posibles y necesarias ac-
ciones) y prevén los cambios (asimilan conocimien-
to adquirido y construyen escenarios), no estará de
más. Según Glaeser (2011), Taylor (2013) y pnuma
(2011),
18
las oportunidades se ofrecen en las ciuda-
des –aunque nosotros agregaríamos que depende de
la rha
19
en la que se ubican– en los siguientes aspectos:
Económico:
en las ciudades se diversifican las ac-
tividades económicas y se acentúan las posibilidades de
encontrar fuentes de crecimiento a partir de inversio-
nes en capital intensivo en conocimiento e innovación;
18
El señalamiento explícito aparece en la página 17 (cuadro 1): “[L]as
ciudades pueden ofrecer servicios esenciales, incluidos la salud y la
educación, a costos más bajos per cápita dados los ahorros de los
rendimientos a escala. También se pueden lograr ahorros en el de-
sarrollo de infraestructuras vitales como vivienda, agua, salubridad
y transporte. Además, la urbanización puede reducir el consumo de
energía, en particular en transporte y vivienda; y crear espacios in-
teractivos que amplíen los alcances y el intercambio cultural. Lograr
estos beneficios requiere de una planeación proactiva para enfrentar
los futuros cambios demográficos”.
19
Estas rha pueden coincidir con la idea de mega-región (Contant y
Leone de Nie, 2009).
Socio-demográfico:
al crecer la población el im-
pacto del envejecimiento de sus poblaciones es cada
vez más pronunciado y la migración a ellas, origen
de este crecimiento, agrega un elemento dinámico al
cambio demográfico;
Ambiental
: la concentración de población y la
complejidad de los sistemas y redes de infraestructu-
ra, sistemas de comunicación, distribución de agua y
saneamiento, y espacios residenciales y verdes es críti-
co para un manejo eficiente de contingencias ambien-
tales y respuesta a éstas, especialmente a través de
políticas preventivas; e
Institucional
: las autoridades urbanas (munici-
pales) tienen mayor capacidad de ofrecer servicios pú-
blicos y de acrecentar confianza entre los ciudadanos
a partir de políticas inclusivas y transparentes, permi-
tiendo el desarrollo de recursos humanos indispensa-
bles para fortalecer instituciones.
A manera de conclusión
Es frecuente asociar los fenómenos sociales con la
necesidad de una respuesta por parte del Estado. Sin
duda, la acción de éste es fundamental en cualquier
esfuerzo de adaptación a los diversos cambios climá-
ticos esperados.
Existe, como bien se plantea en el “Plan Científico:
Urbanización y Cambio Ambiental Global” del
Interna-
tional Human Dimensions Programme
(Sánchez
et al
.,
2005), una relación recíproca entre los efectos que
sobre el cambio global ejercen las grandes concentra-
ciones urbanas (las megaciudades) y los efectos que
el cambio ambiental global tendrá sobre la población
residente en ellas, al igual que, no debe subestimarse,
sobre la infraestructura y la actividad económica urba-
na. Internalizar estos aspectos, ampliar la agenda de
las políticas públicas y coordinar eficazmente las accio-
nes entre sectores y órdenes de gobierno (relaciones
intergubernamentales verticales y horizontales) co-
rresponden a la idea de gobernabilidad. Queda enton-
ces la gobernanza que además de rendición de cuentas
implica revisar las relaciones entre gobernantes y go-
bernados, aspecto pendiente en la agenda pública.