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Reconfiguraciones de la geografía del retorno de Estados Unidos a México 2000-2010...

regresaban para realizar trabajos en México, siguiendo

los ciclos agrícolas (Durand y Massey, 2003). A raíz

del cambio en la política migratoria en la nación vecina

en esa misma década y más claramente durante los

noventa se da una transformación en el patrón de ida

y venida entre ambos países. Por un lado, la mayor vi-

gilancia en la frontera y el aumento en los costos al

cruce rompe el patrón de circularidad prevaleciente

hasta antes de la implementación de esta nueva políti-

ca migratoria (Durand y Massey, 2003; Arias, 2009).

Con ello, la migración mexicana adquiere un carácter

cada vez más definitivo y con tiempos de estancia más

largos. Por otro lado, la legalización de 2.3 millones de

mexicanos en Estados Unidos tras la puesta en ope-

ración de la

Immigrant Reform Control Act

(irca) en

1986 trae consigo una diversificación en los perfiles

que se corresponde con un proceso de reunificación

familiar. En paralelo, se da un incremento en la emigra-

ción, la cual alcanza niveles sin precedentes durante

los noventa y llega a su punto máximo en el año 2000

(Passel y González-Barrera, 2011).

Una de las consecuencias de este proceso fue la

diversificación de la migración, tanto en el origen como

en el destino. En el origen, la migración se convirtió en

un fenómeno nacional.

5

En el destino, los lugares tradi-

cionales a los que llegaban los mexicanos perdieron im-

portancia en términos relativos y los sitios de recepción

se esparcieron a lo largo del territorio estadounidense

(Zúñiga y Hernández-León, 2005; Zúñiga

et al.

, 2004).

En correspondencia con dicho patrón migrato-

rio, Durand (1998) propuso una regionalización de la

emigración, la cual incorpora aspectos de historicidad

e intensidad del fenómeno en zonas tradicionales y

emergentes. Dicha regionalización, ya clásica, identifi-

ca cuatro regiones migratorias, las cuales agrupan a las

entidades federativas de la siguiente forma:

1.

Región histórica: Aguascalientes, Colima, Duran-

go, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San

Luis Potosí y Zacatecas.

5

Para 2010, de los 2 456 municipios existentes solo 78 no registra-

ban actividad migratoria (conapo, 2012).

2.

Región fronteriza: Tamaulipas, Nuevo León,

Coahuila, Chihuahua, Sonora, Baja California,

Baja California Sur y Sinaloa.

3.

Región central: Guerrero, Hidalgo, México, More-

los, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y Distrito Federal.

4.

Región sureste:

6

Veracruz, Tabasco, Campeche,

Quintana Roo, Yucatán y Chiapas.

Por el momento histórico de su incorporación a

los flujos de la migración internacional, las caracterís-

ticas de su población y el funcionamiento de sus redes

migratorias, cada región representa un escenario espe-

cífico. La trayectoria migratoria moldea las redes y los

recursos localmente existentes para la reproducción

de la movilidad internacional. Así, aquellas regiones

que contaban con mayor tradición migratoria estu-

vieron expuestas a diversas iniciativas de naturaliza-

ción por lo que contaban con un mayor componente

documentado, mientras que entre las pertenecientes

a las zonas emergentes era más frecuente la situación

de indocumentación al cruce y durante la estancia en

Estados Unidos. Podemos suponer que, al momento de

regresar a México, el estatus legal es un elemento que

condiciona cómo y hacia donde volver. Por ejemplo, es

probable que aquellos sin documentos con expectativas

de reingresar a Estados Unidos busquen establecerse

cerca de la frontera. En contraste, los migrantes docu-

mentados que vuelven voluntariamente pueden tener

mayor libertad en la selección del destino y considerar

aspectos como los vínculos con el lugar de origen o las

oportunidades económicas en ciertos contextos.

Otro de los efectos de esta pérdida de la circula-

ridad y aumento de la emigración fue la conformación

de una amplia comunidad de mexicanos en Estados

Unidos, la cual llegó a sumar 12 millones antes de la

crisis de 2007 (Passel y Cohn, 2011;

Pew Hispanic

Center

, 2015) visto desde el lugar de nacimiento. Una

característica particular de esta diáspora es su elevado

componente de indocumentación; cerca de la mitad de

los mexicanos residentes en Estados Unidos no cuenta

con documentos para residir legalmente o trabajar. Por

otro lado, el hecho de estar conformada por familias,

ya sea por la reunificación de los miembros del hogar

6

A lo largo del texto también será mencionada como región emergente.